El estudio -del Programa GEF Montaña- indica que, árboles sanos y presentes en donde más concentración de contaminantes existe, retienen más. Es decir, el enriquecimiento de la vegetación y su restauración para que crezca más sanamente, en los sectores próximos a Santiago o donde se desplazan las masas de aire contaminado, resultará más efectivo que hacerlo en otros sitios.

Los doctores de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Marcelo Miranda y Cynnamon Dobbs presentaron en un seminario el estudio, encargado por el proyecto GEF Montaña, sobre el aporte o servicio que prestan a la descontaminación del aire los árboles del bosque esclerófilo, especialmente en la cuenca de Santiago.

Con los resultados se confirma, lo que buscaba el proyecto GEF Montaña, en cuanto a conocer la importancia del aporte que hacen estas especies, propias de la zona central, a la descontaminación de la cuenca. En concreto, se logra cuantificar el servicio de purificación de aire que prestan estos árboles a la descontaminación atmosférica, especialmente del material particulado respirable, dañino para la salud.

El director del Proyecto GEF Montaña y jefe de la División de Recursos Naturales y Biodiversidad del Ministerio del Medio Ambiente, Juan José Donoso, destacó que la vegetación nativa entrega muchos beneficios a los habitantes de la ciudad sin que ellos se den cuenta, entre ellos, el de ayudar a la descontaminación del aire. Agregó que: “como Proyecto y Ministerio queremos que la población tome conciencia de la importancia de la vegetación nativa que se encuentra en todos nuestros cerros y que, a partir de esto, cuidemos y ayudemos a proteger nuestros árboles, que también son parte del patrimonio de todos”.

El estudio incluyó la medición, en terreno, de 111 parcelas de muestreo dentro del área del Proyecto GEF Montaña, en la región Metropolitana. En ellas, se trabajó con ejemplares de 5 especies de árboles nativos predominantes de la zona mediterránea (espino, peumo, litre, boldo y quillay). Estos tipos de árboles del bosque esclerófilo, que encontramos sólo en la zona central de Chile, presentan características que le permiten crecer en lugares con inviernos lluviosos y veranos secos, en condiciones semiáridas. Soportan prolongados períodos de sequía y fuertes diferencias de temperaturas entre el día y la noche, al interior del continente, y diferencias de temperaturas moderadas, en la costa.

Para obtener los resultados, los investigadores hicieron una estimación de la superficie del conjunto de hojas de los árboles, donde se retienen las partículas de polvo en suspensión. Como resultado se comprobó que, la capacidad de aportar en la descontaminación depende del área total de sus hojas y de su cercanía a las fuentes de contaminación. Por ello, el estudio indica que, árboles sanos y presentes en donde más concentración de contaminantes existe, retienen más. Es decir, el enriquecimiento de la vegetación y su restauración para que crezca más sanamente, en los sectores próximos a Santiago o donde se desplazan las masas de aire contaminado, resultará más efectivo que hacerlo en otros sitios.

Sin lugar a dudas que los resultados de este Estudio nos permitirá focalizar mejor aquéllos PCE (Plan de Compensación de Emisiones) que digan relación con la reforestación o arborización en la Región Metropolitana, ya que sabremos dónde y con qué tipo de especie se obtienen mejores resultados para la descontaminación atmosférica”, expresó el Seremi del Medio Ambiente RM, Cristián Ruiz.

Los resultados del estudio permiten recomendar:

  • Que las compensaciones por contaminación de material particulado respirable no sólo se dirijan a aumentar la masa boscosa o la cobertura, sino también a mejorar las condiciones de salud del bosque nativo a través de medidas de restauración.
  • Que las compensaciones se realicen cercanas a las áreas contaminadas donde la depositación es más efectiva, dado que el material particulado no se moviliza a grandes distancias.
  • Que se considere que la masa boscosa presente en la cuenca atmosférica de Santiago presta otros servicios a la población de la ciudad y de sus alrededores. Por tanto, la compensación debe ser vista como una ganancia ambiental que promueve muchos otros beneficios, al mejorar las múltiples prestaciones ambientales que brindan las masas de vegetación.

El informe de la investigación será publicado esta semana en el sitio web www.gefmontaña.cl